lunes, 4 de noviembre de 2013

Clase magistral de escritura por H.P.Lovecraft



Clase magistral de escritura por H.P.Lovecraft 



Notas sobre el arte de escribir cuentos fantásticos, Howard Phillips Lovecraft

       La razón por la cual escribo cuentos fantásticos es porque me producen una satisfacción personal y me acercan a la vaga, escurridiza, fragmentaria sensación de lo maravilloso, de lo bello y de las visiones que me llenan con ciertas perspectivas (escenas, arquitecturas, paisajes, atmósfera, etc.), ideas, ocurrencias e imágenes. Mi predilección por los relatos sobrenaturales se debe a que encajan perfectamente con mis inclinaciones personales; uno de mis anhelos más fuertes es el de lograr la suspensión o violación momentánea de las irritantes limitaciones del tiempo, del espacio y de las leyes naturales que nos rigen y frustran nuestros deseos de indagar en las infinitas regiones del cosmos, que por ahora se hallan más allá de nuestro alcance, más allá de nuestro punto de vista. 

     Estos cuentos tratan de incrementar la sensación de miedo, ya que el miedo es nuestra más fuerte y profunda emoción y una de las que mejor se presta a desafiar los cánones de las leyes naturales. El terror y lo desconocido, están siempre relacionados, tan íntimamente unidos que es difícil crear una imagen convincente de la destrucción de las leyes naturales, de la alienación cósmica y de las presencias exteriores sin hacer énfasis en el sentimiento de miedo y horror. La razón por la cual el factor tiempo juega un papel tan importante en muchos de mis cuentos es debida a que es un elemento que vive en mi cerebro y al que considero como la cosa más profunda, dramática y terrible del universo, El conflicto con el tiempo es el tema más poderoso y prolífico de toda expresión humana.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Cómo seducir a un jurado literario


Cómo seducir a un jurado literario

Por: Juan Terranova

      Un amigo irá, este año del señor de 2009, a por la trascendencia cultural instantánea de los premios literarios y me pidió algunos consejos para ganar y dar El Gran Batacazo Intelectual. Me negué pensando que uno es capaz de cualquier cosa inmerso en los inviernos semi-cruentos que nos depara Buenos Aires pero el estío nos da fortaleza para mantener ciertos niveles de integridad. Sin embargo, mientras el domingo se nublaba, durante un momento de clara desconcentración deportiva en que perdí un partido de tenis que podría haber ganado, pensé que una serie de puntos extraídos de la vieja cantera del resentimiento personal-profesional no le podían hacer mal a nadie y me servirían de excusa para no tener que desmenuzar la tilinguísima columna que Juana Libedinsky publicó en la sección Cultura de La Nación. (Se titula “El balneario que inspiran a los escritores”. De neto corte periodístico –esto es, inventar una tendencia ahí donde se dan casos aislados- su tesis central sostiene que San Ignacio “inspira” a Martín Amis y Jorge Lanata y por ello se convierte en el “balneario de los escritores”. Puedo tolerar a regañadientes un 6-3 abajo con amenaza de lluvia, pero no semejante muestra de genuflexión cultural.)

Las claves del éxito    

      La lista de recomendaciones que se da a continuación funciona exclusivamente con los grandes premios de novela, o sea aquellos que mueven el prestigio a gran escala y sobre todo la plata importante. No debe intentarse en premios más serios, donde los jurados que terminan dando el veredicto final sí leen el material que les llega (aunque no se crea, estos premios existen). Para identificar los “grandes premios de novela” se debe mirar la lista del jurado. Si en ella está el comunista declarado y premio Nobel de Literatura José Saramago no hay duda de que se trata de uno. Aquí vamos. 

Sea claro. A los jurados no les interesan sus retorcidos pensamientos o su prosa arrebolada. Su escritura, entonces, no debe contener interrogantes, preguntas retóricas o escollos traumáticos de ningún tipo.  

Sea metafórico. Pero con metáforas fáciles de identificar. No se vuelva loco buscando uniones imposibles o demasiado sugerentes. 

Sea esquemático. Los hijos vienen después de los padres. ¿Por qué ir en contra de esta ley natural e insobornable? Una historia cronológica siempre es absorbida con mayor comodidad por los ocupados miembros del jurado que vienen de tragarse varios centenares de páginas, muchas veces de insatisfactoria lectura.

Intente ser mujer. Las mujeres, por simple estadística, tienen más posibilidades de ganar que los hombres. No se trasvista.  

Intente tener una historia personal trágica. Haber sobrevivido a un accidente aéreo, a un atentado terrorista, a un exilio político, siempre causa buena impresión en un jurado internacional de escritores célebres. No subestime nunca este punto. 

Tenga un trabajo honrado. Seamos justos, ¿quién va a premiar a un vago, a un vividor, a un proxeneta o a un tahúr? Nunca pasó y nunca va a pasar. 

Sea positivo. Sobre todo, sea positivo. Si pone un nazi en su novela, por ejemplo, castíguelo por las atrocidades del nazismo. Los buenos deben ganar al final. O al menos, los malos deben perder. Siempre ayuda si el mensaje es, en alguna medida, redentor.  

No escriba sobre piratas. De verdad, no lo haga. 

Sea liberal en economía. Los pobres no son necesariamente nocivos, se trata de gente que no ha logrado ser parte decente de la sociedad. No la margine de sus tramas, pero tampoco se crispe al punto de hacer patente una fea agresividad contra los que manejan los hilos pegajosos y adictivos del capital. 

Sea conservador. Incluso ligeramente reaccionario, sobre todo en el aspecto político. Para lograrlo puede utilizar las mejores partes de la poesía argentina. (Y también las peores.)

Sea manso y equilibrado. No se entusiasme. Queda mal.  

Evite sobre todo las arbitrariedades y las contradicciones. Confunden al lector, lo ponen en situación de riesgo con respecto al mundo, lo fuerzan a tomar posición. 

Sea melancólico, nostálgico, tristón. Para lograrlo puede utilizar las peores zonas del tango. Desde el momento en que la cultura es un bien acumulativo y la sabiduría acompaña los años, ningún jurado importante del mundo jamás baja de un promedio de cincuenta años de edad. Por lo tanto, ellos estarán de acuerdo en que “todo tiempo pasado fue mejor”. Recuerde estas simples consignas: antes los seres humanos eran menos violentos, leían más libros, miraban poco o nada de televisión, y tenía una opinión más clara y firme de sí mismos. Explote estas verdades insoslayables en su escritura. 

Use anteojos. Antes de marco de acero, redondos, a lo Trotsky, ahora de diseño con marco negro. Los anteojos no suelen escribir obras legibles, por lo tanto no garantizan nada, pero quedan realmente muy bien en las fotos de promoción si usted triunfa.

Por: Juan Terranova


martes, 10 de septiembre de 2013

Como Ganar Concursos Literarios

Como ganar Concursos Literarios

Ganar un certamen literario no es fácil, pero siguiendo estos consejos es posible aumentar las posibilidades de hacerlo.
Los concursos literarios son, en muchas ocasiones, el único modo de que un escritor novel comience a labrarse un currículo literario antes de publicar su primera novela. Son también un modo de ganar algún dinero con esos textos inéditos que languidecen en el cajón y, además, dado que la mayoría de ellos incluyen la publicación de la obra ganadora, es la ocasión perfecta para comenzar a publicar.
Un pez muy pequeño en un océano muy grande.
Sin embargo, según la guía que cada año publica Fuentetaja, en España se convocan más de 1.800 premios cada año. Si recurrimos a páginas web especializadas en estos concursos como premiosliterarios.com, el número de certámenes asciende hasta la cifra de 3.500 anuales. La cantidad de originales enviados a estos concursos literarios oscilan entre unas docenas y varios centenares. La mera multiplicación de originales y concursos arroja un total mareante.
Más de cinco millones de textos, entre novelas, relatos, antologías, poemarios y poemas sueltos, se presentan cada año a algún premio literario en España. Ante un resultado como este, tan sólo cabe agachar la cabeza y comprender que cualquier texto que decidamos enviar a un concurso no es más que un pez muy pequeño en un océano muy grande.
Es imposible saber a priori si vamos a tener éxito en nuestro intento, pero podemos tomar medidas para que, al menos, nuestro pez no sea el primero que termine en el lecho marino que, la mayoría de las veces, adopta forma de papelera. ¿Cuáles son estas medidas? A continuación revisaremos algunas de las más básicas.

La importancia de la corrección ortográfica en los concursos literarios

jueves, 5 de septiembre de 2013

Diálogo con el maestro (Hemingway)(I)

Diálogo con el maestro (Hemingway)(I)


     Estimados lectores de este blog, este es uno de los mejores escritos que he leído para los que estamos en este camino de hacernos escritores, por favor leánlo con atención, cada consejo tiene su peso:



DIALOGO CON EL MAESTRO
Crónica de alta mar
(De Esquire, octubre de 1953)
Ernest Hemingway


      Hará año y medio que se presentó un joven en la puerta de mi casa en Cayo Hueso y dijo que había viajado desde el norte de Minnesota hasta allí pidiéndoles a los automovilistas que lo llevaran, con objeto de formular unas preguntas sobre literatura a este corresponsal, que había regresado de Cuba aquel mismo día y tenía que despedirse de sus amigos que se iban en tren dentro de una hora, y mientras tanto escribir algunas cartas. Tan lisonjeado como alterado por el interrogatorio, le dijo al visitante que volviese al día siguiente por la tarde. Era un hombre joven, de gran estatura, aspecto serio, pelo hirsuto y manos y pies grandes.

      Se veía que su única aspiración era dedicarse a la literatura. Había pasado su infancia en una granja; luego, cursó la segunda enseñanza e ingresó en la Universidad de Minnesota. Más tarde, trabajó de periodista, carpintero, segador y obrero, Además de recorrer dos veces los Estados Unidos como vagabundo. Quería ser escritor y tenía buenas historias que contar, historias que narró pésimamente, no obstante lo cual se notaba que poseía viviendas, valiosas si lograba darles expresión. Tomaba su inclinación a las letras con tanta seriedad que parecía que esto vencería todos los obstáculos. Se había pasado un año escribiendo en una cabaña que se había construido en Dakcta del Norte. No me mostró ninguna composición suya, porque, según él, carecía de valor literario. 

lunes, 2 de septiembre de 2013

La Vergüenza de ser Escritor

La Vergüenza de ser Escritor

   
      Aunque cueste admitirlo, la cruda realidad es que normalmente a los que pasamos ratos en esto de crear mundos, hacer cuentos e imaginarnos una y mil historias nos da algo de pena con nuestras amistades, conocidos y en ocasiones hasta con los familiares por dedicarnos aún de modo secundario al oficio de escritor. Miedo a ser señalados como vagos sin más destino que encerrarnos a gastar tinta y alcohol hasta que una cirrosis nos lleve de este mundo, miedo a ser considerados gente sin futuro y sin aspiraciones "reales". Eso, poco o mucho, afecta el autoestima de cualquiera, por eso y como un impulso extra para quienes escribimos les dejo un listado publicado en la web de Premura como:

 Estrategias para superar las dudas permanentes.   

1. Al principio, si no crees, hazte escritor o escritora. 
      Cuenta a todo el mundo que eres un escritor. Imprime tarjetas de visita con tu nombre y el título escritor debajo. Aunque tengas mucha vergüenza o modestia y poco tiempo, crea una rutina para escribir y síguela. Para tener éxito debes creerlo. Actúa como si lo creyeras hasta que lo creas realmente.

2.- Escribe tus objetivos.
      Escribe en una página tus motivos para escribir. Revísalo varias veces al año. Cuando las dudas te corroan, tus objetivos te mantendrán en el camino adecuado. Te inspirará a continuar adelante.

sábado, 31 de agosto de 2013

Ocho consejos para escribir literatura de intriga P. D. James

Ocho consejos para escribir literatura de intriga P. D. James



Los 8 consejos para escribir literatura de intriga de P.D. James

     1.- Centra bien tu misterio. Por encima de todo tiene que haber un misterio en el corazón de la novela. Normalmente hay un asesinato, un círculo cerrado de sospechosos con móvil, motivos y oportunidades para el crimen y un detective, ya sea aficionado o profesional, que llega cual deidad vengadora a resolverlo.
James pone el enfásis en la estructura de la novela. Ella siempre sabe el final de la intriga antes de ponerse a escribir. La tensión debe mantenerse siempre con pulso firme y no perderse en aburridos interrogatorios.

      2.- Estudia la realidad. Una vez que hayas planeado tu novela, hay que darle vida. Y en esto reconoce James que está lo más difícil, combinar un rompecabezas creíble con una puesta en escena que cobre vida, un tema subyacente y un estilo literario distinguido.
¿La solución? Ir por la vida con todos los sentidos abiertos a la experiencia, tanto buena como malas Sentir empatía por los demás y creer que, para un buen escritor, nada de lo que ocurre se desperdicia. 

domingo, 25 de agosto de 2013

Clase magistral de Isaac Asimov

Clase magistral de Isaac Asimov

Escribir ciencia ficción
por Isaac Asimov 

Escribir ciencia ficción
por Isaac Asimov 


     A menudo recibo una carta de algún joven afanoso, aspirante a escritor, que me pide algunas "sugerencias" sobre el arte de escribir ciencia ficción. 

viernes, 23 de agosto de 2013

¿Cómo iniciar una historia?Los principios de la historia

Los principios de la historia


     Uno de los puntos importantes en una obra es el comienzo, no importa que ésta sea un relato o una novela larga. ¡Hay que atrapar al lector! Por ello, la historia no debe empezar con una larga y detallada descripción del personaje principal, quién y cómo es, ni siquiera del mundo que le rodea o de lo que hace todos los días. 

La historia comienza cuando algo le sucede al protagonista. Cuando su rutina de todos los días cambia, cuando sus costumbres se rompen, cuando algo, pequeño o grande, sucede, o cuando algo extraordinario se manifiesta. Es decir, con un punto de tensión que altera lo habitual, y esto es uno de los puntos claves de toda buena historia. 


miércoles, 21 de agosto de 2013

Interesantes Epitafios Literarios

 Interesantes Epitafios Literarios

    Porque quienes fueron grandes escritores en vida, más allá de su existencia física podemos ver en sus epitafios su esencia literaria aún presente, les presento algunos de los epitafios literarios más interesantes de escritores conocidos y otros personajes conocidos:


"Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar."
Antonio Machado, 1875-1939


miércoles, 14 de agosto de 2013

Decálogo del Perfecto Cuentista. Horacio Quiroga



Decálogo del perfecto cuentista
 
Horacio Quiroga

I
Cree en un maestro -Poe, Maupassant, Kipling, Chejov- como en Dios mismo.

II
Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en domarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo.

domingo, 11 de agosto de 2013

El buen lector ¿nace o se hace? Algunos consejos


El buen lector ¿nace o  se hace?

     Mucha gente lo repite constantemente: "todos los padres deberían inculcarle a sus hijos el hábito de la lectura" pero...

¿Hasta donde es cierta/lógica esta afirmación?

viernes, 9 de agosto de 2013

Estructura del Cuento


                                     Estructura del cuento


  El cuento es la composición literaria más antigua de la humanidad, pero también se está convirtiendo en su modalidad de relato breve en una fórmula moderna de expresión dotada de inagotables posibilidades. 

miércoles, 31 de julio de 2013

El autor y sus influencias

El autor y sus influencias



     Tenemos al autor, tenemos el texto que crea y tenemos el lector.

      Este autor tiene una intención consciente a la hora de crear un texto literario, pero ésta no se puede considerar la única fuente de autoridad a la hora de interpretarlo. Su inconsciente es una parte importante que usa para crear (sublimando el impulso sexual, según Freud) y como que no es fácil conocer los impulsos del inconsciente, ni qué lo lleva a crear lo que ha creado, el autor no es el más adecuado para interpretar su obra.

domingo, 21 de julio de 2013

Del Cuento Breve y sus Alrededores

Del Cuento Breve y sus Alrededores


    
Del cuento breve y sus alrededores

Julio Cortázar
 





León L. affirmait qu’il n’y avait qu'une chose de plus épouvantable que l’Epouvante: la journée normale, le quotidien, nous-mêmes sans le cadre forgé par l’Epouvante. —Dieu a créé la mort. Il a créé la vie. Soit, déclamait L.L. Mais ne dites pas que c’est Lui qui a également créé la “journée normale”, la “vie de-tous-les-jours”. Grande est mon impiété, soit. Mais devant cette calomnie, devant ce blasphème, elle recule.
Piotr Rawicz, Le sang du ciel.


miércoles, 17 de julio de 2013

Decálogo para escribir microcuentos

Decálogo para escribir microcuentos




1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas. 


viernes, 7 de junio de 2013

Clase magistral de George Orwell





Clase magistral de George Orwell 






Sobre política y lenguaje y vicios de la escritura
por George Orwell (1946)
(extracto de "La política y el lenguaje inglés")


        Pero si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento. Un mal uso se puede difundir por tradición e imitación aun entre personas que deberían saber y obrar mejor. El lenguaje degradado es, en cierta forma, muy conveniente. Expresiones como "un supuesto no injustificable", "una consideración que siempre debemos tener en mente", dejan mucho que desear, no cumplen un buen propósito, son una tentación continua, una caja de aspirinas siempre al alcance de la mano. Relea este ensayo, y con toda seguridad encontrará que una y otra vez he cometido las mismas faltas contra las que he protestado. En el correo de esta mañana recibí un panfleto sobre las condiciones en Alemania. 
      El autor me decía que se "sintió impelido" a escribirlo. Lo abrí al azar y ésta es la primera frase que leí: " [Los Aliados] no sólo tienen la oportunidad de lograr una transformación radical de la estructura social y política de Alemania de tal manera que eviten una reacción nacionalista en la misma Alemania, sino que al mismo tiempo pueden sentar los fundamentos de una Europa cooperativa y unificada". Cuando se lee que se "sintió impelido" a escribir es de presumir que tiene algo nuevo que decir, pero sus palabras, como corceles de caballería que responden al clarín, se juntan automáticamente en una alineación monótonamente familiar. Esta invasión de la mente por frases hechas ("sentar los fundamentos", "lograr una transformación radical") sólo se puede evitar si se está continuamente en guardia contra ellas, y cada una de esas frases anestesia una parte del cerebro. 



           Dije antes que la decadencia de nuestro lenguaje es remediable. Quienes lo niegan argumentarían, en caso de que pudieran elaborar un argumento, que el lenguaje simplemente refleja las condiciones sociales existentes, y que no podemos influir en su desarrollo directamente, jugando con palabras y construcciones. Así puede suceder con el tono o espíritu general de un lenguaje, pero no es verdad para sus detalles. Las palabras y las expresiones necias suelen desaparecer, no mediante un proceso evolutivo sino a causa de la acción consciente de una minoría. Dos ejemplos recientes: "explorar todas las avenidas" y "no dejar piedra sobre piedra", que fueron liquidadas por las burlas de algunos periodistas. Hay una larga lista de metáforas corruptas que también desaparecerían si un buen número de personas se empeñara en esa tarea; y debería ser posible burlarse de la expresión "no informe" hasta que deje de existir, reducir la cantidad de latín y griego en la frase promedio, excluir las locuciones extranjeras y las palabras científicas erróneas, y, en general, lograr que el tono pretencioso pase de moda. Pero todos éstos son puntos menores. La defensa del lenguaje inglés implica más que esto, y quizás es mejor empezar diciendo lo que no implica. 



          Para empezar, nada tiene que ver con el arcaísmo, con la preservación de palabras y giros obsoletos del lenguaje, ni con la exaltación de un "inglés estándar" del que nunca deberíamos apartarnos. Por el contrario, se trata de desechar toda palabra o modismo que se ha desgastado y perdido su utilidad. Nada tiene que ver con la gramática ni con la sintaxis correctas, que carecen de importancia cuando se expresa claramente el significado, ni con la eliminación de los americanismos, ni con tener lo que se denomina una "buena prosa". Por otra parte, no se trata de fingir una falsa simplicidad ni de escribir en inglés coloquial. Ni siquiera implica preferir en todos los casos la palabra sajona a la latina, aunque sí implica usar el menor número de palabras, y las más breves, que cubra el significado. Lo que se necesita, por encima de todo, es dejar que el significado elija la palabra y no al revés. En prosa, lo peor que se puede hacer con las palabras es rendirse a ellas. 


jueves, 6 de junio de 2013

Decálogo más uno, para escritores principantes. Juan Carlos Onetti

Decálogo más uno, para escritores principantes. Juan Carlos Onetti

 



 
       Juan Carlos Onetti también escribió su decálogo para escritores, faltaría 

más. Pero, al ser un autor tan particular, no pudo evitar la tentación de regalarnos un 

consejo extra. En fin, aquí les dejo once recomendaciones de este excelente cuentista, espero 

les aproveche en sus creaciones:
 

Decálogo más uno, para escritores principiantes

 

I. No busquen ser originales. El ser distinto es inevitable cuando uno no se preocupa de serlo.

 

II. No intenten deslumbrar al burgués. Ya no resulta. Éste sólo se asusta cuando le amenazan el bolsillo.

 

III. No traten de complicar al lector, ni buscar ni reclamar su ayuda.

 

IV. No escriban jamás pensando en la crítica, en los amigos o parientes, en la dulce novia o esposa. Ni siquiera en el lector hipotético.

 

V. No sacrifiquen la sinceridad literaria a nada. Ni a la política ni al triunfo. Escriban siempre para ese otro, silencioso e implacable, que llevamos dentro y no es posible engañar.